Fernanda Pacheco V.
“Nuestra cabeza es redonda para permitir al pensamiento cambiar de dirección”
Francis Picabia (1879 – 1953)
Introducción
Según el artista Francés Picabia, la redondez de la cabeza nos permite cambiar de dirección. Podemos realizar conexiones lineales, diagonales, circulares, sistémicas… entre otras posibilidades de la mente y del casi inexplicable funcionamiento del cerebro.
Este trabajo es una pequeña aproximación a la inmensa posibilidad del hombre de cambiar y de adaptarse al entorno o contexto; logrando así, utilizar y potencializar todas sus habilidades y recursos a favor de cumplir sus metas u objetivos.
En el ámbito profesional y aun más en el personal, el pensamiento es relevante al momento de tomar decisiones; a su vez éste es capaz de fortalecer las habilidades y capacidades y de permitirle aprovechar de forma eficiente los recursos.
Por esta razón, intentamos introducir al lector en una temática que le habilite el desarrollo de sus capacidades innatas y aprendidas. Lo cual le puede ayudar a ver oportunidades, en vez de problemas, en un contexto, como el actual, cambiante y dinámico.
Formas de pensar y su utilización en el ámbito personal y profesional
El pensamiento una forma de crear
Para explicar el tema: formas de pensar y su aplicación, comenzaremos definiendo pensamiento.
El pensamiento, según la Psicología[1], es transformar la información en una nueva y distinta (según el sujeto que la interpreta o recibe), para lograr un objetivo o meta, resolver un problema o responder interrogantes.
Podemos proponer, que el pensamiento surge a partir del lenguaje, creando o re-creando imágenes y conceptos, para conseguir un objetivo, resolver un problema, o despegar una incertidumbre. Todo pensamiento consta de una base o soporte real, y una representación del orden de lo imaginario.
Cuando pensamos activamos el razonamiento. Según los expertos, el ser humano posee varios modos de razonamiento. Entre los más conocidos tenemos:
- Inductivo: inferimos una regla general a partir de casos específicos.
- Deductivo: se obtienen inferencias e implicaciones de un conjunto de sucesos que luego son aplicadas a casos específicos.
- Estructuralista: su aplicación es posible sólo si el objeto de estudio, actos o hechos, aparecen constituidos como sistema.
Regresando a las formas de pensar, existen algunos ejes de enfoque. El cerebro[2] puede originar acciones o crear soluciones, guiado por algunas cualidades del mismo o mecanismos, los cuales denominamos formas de pensar. Planteamos algunas aproximaciones:
- Directa
Esta forma o modo de pensamiento, suele darse si la meta o el problema es percibido por el sujeto como sencillo o simple. Generalmente, se la encuentra asociada al pensamiento lineal; en donde la causa y efecto se relaciona directamente. - Algorítmica
El pensamiento algorítmico garantiza la solución de un problema. Es un conjunto de reglas u operaciones, usualmente ligado a las matemáticas. Una vez formulada una solución algorítmica, puede ser utilizada por otros, incluso sin comprender la razón por la cual funciona. - Heurística
Este tipo de pensamiento, habitualmente, puede ocurrir como un atajo mental que puede llevar a una solución. La Heurística es observada como «la indagación del descubrimiento». En algunas ciencias, es la manera de buscar la solución de un problema mediante métodos no rigurosos, como por tanteo, reglas empíricas, etc. Por esta razón algunos la subdividen en, lo que denominamos, estrategias mentales. - Sistémica
Esta forma de pensar, proviene de la interacción e interrelación. “Aunque muchos consideran que el pensamiento sistémico es una magnifica herramienta para resolver problemas, consideramos que es más potente como lenguaje, pues expande nuestro modo de abordar los problemas complejos.” (Senge, P., et al., 1995, p.92).
Con la introducción de conceptos como interacción e interrelación se construye el pensamiento complejo. Esta forma de pensar difiere de la directa, en la relación causa efecto. Ésta se caracteriza porque las relaciones son circulares, los objetos interactúan y los fenómenos están ligados en múltiples causalidades.
Aunque éstas son solo algunas posibles aproximaciones. El cerebro y su relación cuerpo, mente y contexto, puede utilizar diferentes y variadas formas o cualidades al momento de resolver problemas o de accionar para lograr una meta o crear.
Estas concepciones, tienden a dos extremos. El primero, asociado a observar al cerebro (cuerpo-mente) como un sistema de cómputo, lineal o matemático. La segunda como un organismo natural para la interacción. Sin embargo, no deberían ser definidas, ni estudiadas como concepciones cerradas, o excluyentes.
Este texto puede ser observado como una introducción a un estudio más amplio e integrador. Que se convierta en un reto para los nuevos profesionales e investigadores.
La estrategia y el pensamiento
Para integrar los conceptos anteriormente introducidos, en este escrito, es relevante definir estrategia.
Fiévet señala que, “la estrategia es la conjugación del pensamiento y de la acción.” (1992, p. 17). Si la estrategia es la interrelación entre el pensamiento y la acción (actividades y decisiones). El lenguaje es la interacción (comunicación) que permite esta interrelación.
La estrategia está interconectada por el pensamiento. El pensamiento activa a la comunicación como estrategia, y lo que acciona al pensamiento es el lenguaje. Esta correlación organiza a los sujetos (o actividades) a favor de cumplir una meta o resolver un problema.
El pensamiento, puede orientarse a un simple objeto; o a la creación de un “concepto” de valor complejo; a su vez puede crear diversas y variadas formas de acción.
Podríamos asociarlo a los dos extremos planteados en el texto formas de pensar:
- Según el pensamiento tradicional, el conocimiento resuelve la complejidad a partir del análisis de las partes. Es así, que el objeto o situación es estudiada como una unidad conformada por partes desarticuladas e independientes.
- El segundo punto de vista se basa en la sistémica. Para el pensamiento holístico o sistémico, las propiedades de las partes se resuelven a partir del todo. En consecuencia, el objeto o situación comienza a ser estudiada como sistema u organización.
Los sistemas surgen a partir de problemas de complejidad, dando soluciones de ordenamiento y organización dentro de un desorden o incertidumbre anterior, y viceversa.
Es así, que a través del tiempo, hemos pensado desde diferentes enfoques. Entre los primordiales tenemos, el lineal y el sistémico.
Lo lineal versus lo sistémico y su efectividad
En la actualidad, lo lineal y lo sistémico, se debate como temas excluyentes y contradictorios. Las nuevas teorías se orientan por el planteo de estrategias sistémicas e innovadoras. Los conceptos, en ciertas ocasiones, se vuelven contradictorios con la experiencia y la búsqueda de resultados superiores.
Sin embargo proponemos que, el pensamiento se basa en lo lineal y en lo sistémico. La utilización del pensamiento lineal o mecanicista es empleado, generalmente, en los procesos productivos, logísticos y financieros, sin que esto excluya ser estratégicos (pensamiento sistémico) al momento de tomar decisiones.
Por otro lado, el pensamiento sistémico es un requerimiento del estratega, al momento de plantarse estrategias, para logra cumplir una meta, objetivo o resolver un problema.
Si bien es cierto que el mundo ha sido regido por el pensamiento lineal. Esto no significa que éste no sea parte del hombre y sus procesos cotidianos, al igual que el pensamiento sistémico. Lo que ocurre, en la actualidad, es una nueva revalorización del pensamiento sistémico; por la complejidad por la que estamos atravesando.
Para que exista la sistémica, debe existir lo lineal. Asumimos que lo lineal, NO debe asociarse exclusivamente, a causa – efecto, sino a procesos (tiempo, espacio, recurso) que se requieren para logra mayor satisfacción. Sin embargo, según la situación actual que atravesemos nos hace accionar una estrategia (única y temporal); la misma que debería ser pensada sistémicamente, en función del todo.
Actualmente, nos encontramos en una disyuntiva al momento de discernir las nuevas teorías (basadas generalmente, en la sistémica) e integrarlas al conocimiento existente (regido particularmente, por lo lineal). Lo más importante es recordar que el hombre, fácilmente puede pasar de lo lineal a lo sistémico y viceversa; ya que son procesos existentes y coexistentes entre sí.
Sin embargo, más relevante puede ser, el re-aprendizaje de lo sistémico o recordar la cualidad sistémica del pensamiento y accionarla a favor de lograr una meta u objetivo.
En el momento, que seamos conscientes de la existencia de estas dos cualidades, podremos optimizar los recursos y tiempo, para lograr mayor beneficio o valor. Además recordemos, que entre estos dos extremos, existe una inmensa variedad de posibilidades, que nos pueden ayudar a cambiar de dirección, hacia nuevas oportunidades.
Para concluir, nos remontamos a la respuesta de Humberto Maturana[3], cuando le preguntaron: ¿Si se define como sistémico?
Es que no soy sistémico. Quiero decir que en el momento en que usted me pone en
una categoría, me hace desaparecer. Si me considero sistémico, elimino cualquier
cosa que no sea sistémica; entonces quedo en una limitación muy grave. Hay
ciertas dimensiones de la experiencia que solo se puede explicar con una mirada
sistémica. Pero hay otros aspectos para los cuales se requiere una mirada
analítica.
Algo muy importante que nos queda como reflexión, es el evitar encasillarnos en una categoría inamovible; puesto que esto, a lo mejor nos limita en el momento de buscar soluciones o respuestas, aplicables a nuestra cotidianidad en un determinado contexto.
Notas y Bibliografía
Notas de Referencia
- Autores consultados: Feldman (1994), Myers (1995), entres otros.
- En un campo más extenso, podemos incluir la relación cuerpo mente.
- Diario el Clarín. Diálogo con Humberto Maturana, un notable biólogo cibernetista, sobre la realidad y el conocimiento. Domingo 28 de junio de 1992.
Bibliografía
Bertalanffy, von. Ludwing. (1992). Teoría General de los Sistemas. México: Fondo de Cultura Económica.
Bruner, J. (1987). Realidad mental y mundos posibles: los actos de la imaginación que dan sentido a la experiencia. Barcelona: Gedisa.
Diccionario General Ilustrado de la Lengua Española. (1986). Barcelona: Editorial Biblograf. S.A.
Durán, Obdulio. (1994). Metodología (Técnica de análisis de casos). Buenos Aires: Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales.
Fiévet, G. (1992). De la stratégie militare à la stratégie d’entreprise. París: Interéditions.
Fischer, G. (1992). Campos de Intervención en Psicología Social. Madrid: Editorial Marcea.
Morin, Edgar. (1993). El método II (La Vida de la Vida). Madrid: Ediciones Cátedra, S.A.
Myers, David (1995). Psicología social. México: Mc Graw Hill.
Senge, Peter., et al. (1995). La Quinta Disciplina en la practica. Barcelona: Ediciones Juan Granica S.A.