En la actualidad, lo lineal y lo sistémico, se debate como temas excluyentes y contradictorios. Las nuevas teorías se orientan por el planteo de estrategias sistémicas e innovadoras. Los conceptos, en ciertas ocasiones, se vuelven contradictorios con la experiencia y la búsqueda de resultados superiores.
Sin embargo proponemos que, el pensamiento se basa en lo lineal y en lo sistémico. La utilización del pensamiento lineal o mecanicista es empleado, generalmente, en los procesos productivos, logísticos y financieros, sin que esto excluya ser estratégicos (pensamiento sistémico) al momento de tomar decisiones.
Por otro lado, el pensamiento sistémico es un requerimiento del estratega, al momento de plantarse estrategias, para logra cumplir una meta, objetivo o resolver un problema.
Si bien es cierto que el mundo ha sido regido por el pensamiento lineal. Esto no significa que éste no sea parte del hombre y sus procesos cotidianos, al igual que el pensamiento sistémico. Lo que ocurre, en la actualidad, es una nueva revalorización del pensamiento sistémico; por la complejidad por la que estamos atravesando.
Para que exista la sistémica, debe existir lo lineal. Asumimos que lo lineal, NO debe asociarse exclusivamente, a causa – efecto, sino a procesos (tiempo, espacio, recurso) que se requieren para logra mayor satisfacción. Sin embargo, según la situación actual que atravesemos nos hace accionar una estrategia (única y temporal); la misma que debería ser pensada sistémicamente, en función del todo.
Actualmente, nos encontramos en una disyuntiva al momento de discernir las nuevas teorías (basadas generalmente, en la sistémica) e integrarlas al conocimiento existente (regido particularmente, por lo lineal). Lo más importante es recordar que el hombre, fácilmente puede pasar de lo lineal a lo sistémico y viceversa; ya que son procesos existentes y coexistentes entre sí.
Sin embargo, más relevante puede ser, el re-aprendizaje de lo sistémico o recordar la cualidad sistémica del pensamiento y accionarla a favor de lograr una meta u objetivo.
En el momento, que seamos conscientes de la existencia de estas dos cualidades, podremos optimizar los recursos y tiempo, para lograr mayor beneficio o valor. Además recordemos, que entre estos dos extremos, existe una inmensa variedad de posibilidades, que nos pueden ayudar a cambiar de dirección, hacia nuevas oportunidades.
Para concluir, nos remontamos a la respuesta de Humberto Maturana[3], cuando le preguntaron: ¿Si se define como sistémico?
Es que no soy sistémico. Quiero decir que en el momento en que usted me pone en
una categoría, me hace desaparecer. Si me considero sistémico, elimino cualquier
cosa que no sea sistémica; entonces quedo en una limitación muy grave. Hay
ciertas dimensiones de la experiencia que solo se puede explicar con una mirada
sistémica. Pero hay otros aspectos para los cuales se requiere una mirada
analítica.
Algo muy importante que nos queda como reflexión, es el evitar encasillarnos en una categoría inamovible; puesto que esto, a lo mejor nos limita en el momento de buscar soluciones o respuestas, aplicables a nuestra cotidianidad en un determinado contexto.